
Cómo vender por Internet
La situación de crisis actual ha provocado que muchas personas se lancen a vender creaciones hechas en casa, desde ilustraciones hasta mascarillas, pasando por tocados de novia o bisutería. Pensando en ello, y basándome en mi propia experiencia, quiero contarte algunos consejos, trucos e ideas para darte a conocer, vender tus creaciones online y ganar cierta visibilidad sin realizar una inversión demasiado grande. Defiendo a capa y espada que los hobbies son hobbies y que no debemos sentirnos obligados a monetizarlos, pero no siempre es posible. La realidad lleva a muchas personas a buscar un ingreso extra (o su único ingreso) convirtiendo una afición en un pequeño negocio desde casa. Cabe destacar que este artículo sobre cómo vender por Internet no está pensado para una empresa, ya que muchos de los consejos que te voy a dar no son aplicables ni se corresponden con la inversión de tiempo y dinero que le resultará más eficiente a un negocio, pero sí a proyectos personales, a artículos caseros y a productos de artesanía o antigüedades.
¿Qué vendes?
Ésta es la primera pregunta que debes hacerte. Quizás te gusta coser, y eres capaz de ofrecer diferentes tipos de productos relacionados con la costura, pero lo recomendable es que te centres en uno o dos objetos que tengan relación entre sí y que te permitan aprovechar los mismos materiales. Por ejemplo, si eres ilustradora, puedes ofrecer retratos personalizados y láminas con dibujos propios: Céntrate en eso. Si tienes algo de éxito y una base de clientes fija, podrás ofrecer otros productos en el futuro (bolsos pintados a mano o postales de Navidad, por ejemplo) cuando necesites lanzar algo nuevo que mantenga el interés. O si, siguiendo el ejemplo inicial, te gusta coser, puedes crear mascarillas y utilizar la tela sobrante para hacer coleteros como hace La Hebra Mágica.
¿Quién es tu cliente objetivo?
Ya sé que quieres que te compre mucha gente, cuanta más mejor. Pero necesitas saber a quién te estás dirigiendo, «diseñar» un cliente objetivo (por ejemplo, padre de familia, de unos 40 años, al que le gusten las actividades al aire libre; o mujer estudiante, con poco presupuesto, concienciada con el medio ambiente) que te sirva de brújula a la hora de crear tus productos y tu estrategia e imagen de marca. Este cliente objetivo influirá también en el nombre de tu marca y el logo. Respecto al primero, intenta que sea lo suficientemente genérico como para ser reconocible (si utilizas una palabra en swahili quizás tus clientes potenciales tengan problemas para recordarla, por poner un ejemplo), pero lo suficientemente relacionado contigo y con tu producto como para que si no recuerdan del todo el nombre, puedan asociarlo rápidamente. El logo, por otro lado, debe ser reconocible a diferentes tamaños, por lo que es aconsejable que sea un dibujo simple o una palabra sencilla o que tenga un detalle que se pueda extraer y seguir asociándose con tu marca. Cuando lancé mi marca de bisutería, hace varios años, la llamé El Taller de los Ciervos. Me pareció un nombre idílico, que me recordaba al atardecer en un bosque ya una vida más tranquila, justo lo que yo pretendía evocar con él. Pero me equivoqué totalmente con el enfoque, ya que no decía nada sobre mi producto, algunas personas confundieron «ciervos» con «siervos» (mi acento canario no ayudó nada en ese aspecto) y al trasladar la tienda a Etsy y vender a nivel internacional, me limitó el hecho de que fuera una frase tan larga en español.
¿Dónde vas a vender?
Hoy en día hay muchas plataformas para vender tus productos, desde Etsy (ideal para poner a la venta productos artesanales y llegar a un público internacional) hasta Redbubble (pensada para ilustradores y diseñadores). También puedes vender directamente por Instagram o Facebook: Tendrás que investigar qué opción se ajusta más a tu situación (en cuanto a tiempo que desees dedicarle a la propia plataforma, condiciones de la misma, etc) y dedicarte a ella. El cómo vas a recibir los pagos (Paypal, Bizum, transferencia, etc.) también es clave a la hora de elegir una de estas web.
Es fundamental, también, decidir una red social principal para tu marca. Puedes tener Facebook e Instagram a la vez, por supuesto, y te recomendaría generar contenido diferente para cada una, pero seamos realistas: Estoy escribiendo este artículo pensando en una persona que se gana un dinero extra dedicando su tiempo libre a una pequeña marca artesanal. Si tú mismo eres el artesano, el gestor de redes sociales, el fotógrafo y el vendedor, tendrás que gestionar tu estrategia comercial de la manera más eficiente posible, aunque no sea la más deseable. Por tanto, mi consejo es que escojas una red social desde la que dirigir tus comunicaciones y conectes otra para que se publiquen los mismos post de forma automática. No te agobies pensando que tienes que tener presencia en todas las plataformas, elige las que mejor convengan a tu producto y donde se encuentre tu cliente objetivo. Si tu red social principal es Instagram te recomiendo leer este artículo para saber qué hashtags escoger para tener más visibilidad.
A la hora de marcar un precio a tu producto tienes que tener en cuenta el coste de los materiales, el tiempo que le has dedicado y los gastos de envío. Mucho ojo con los gastos de envío, es preferible que prepares algunos paquetes «de prueba» y pidas presupuesto en tu oficina de Correos para que tengas unos precios de referencia a que calcules mal y pierdas dinero en el proceso. Si los gastos de envío te parecen excesivos pero son necesarios, te recomiendo sumar una parte de los mismos al coste del producto. Por ejemplo, si puedes vender una lámina de acuarela por 6 euros, pero el envío certificado en un sobre que no doble la lámina te cuesta otros 6 euros, puedes subir el precio total a 9 euros y cobrar solo 3 euros por el envío. Al final estás recibiendo el mismo dinero, pero tus clientes no se asustarán con el coste del transporte.
La fotografía
Cuando vendes algo por Internet tienes que convencer a tu cliente potencial de que tu producto es el mejor, pero no tienes el contacto directo ni cuentas con la posibilidad de que toque y vea tu producto en persona. Las fotografías y las descripciones del producto son tu mejor aliado a la hora de vender, pero tienen que tener un mínimo de calidad. Hoy en día puedes sacar buenas fotos con un teléfono móvil, pero cuida la iluminación (si tienes la oportunidad hazte con una caja de luz portátil o busca un flexo y una lámina de papel de platina que te sirvan para iluminar) y mantén un estilo coherente entre todas las fotografías, de manera que tu marca se reconozca por las propias fotos incluso sin leer el nombre. Plantear una estrategia de Visual Storytelling o elegir una paleta de color base es un buen punto de partida, aunque a veces simplemente basta con utilizar siempre el mismo fondo o con tener un estilo concreto para sacar las fotos en detalle. Internet está llena de videotutoriales y cursos gratuitos sobre nociones básicas de fotografía que puedes seguir: Practica y encuentra tu estilo antes de lanzarte a ofrecer tus productos online.
A la hora de redactar las descripciones , sobre todo en la plataforma de ventas, debes especificar los materiales y tamaños del producto, pero también redactar de forma que resulte atractiva. Aprovecha los Call-to-action para establecer un contacto más directo con tus clientes y ganar engagement, no tengas miedo a establecer tu propio estilo de comunicación.
Copia y copia hasta que triunfes
Antes de lanzarte a vender tus propios productos fíjate en lo que hace la competencia. Quédate con lo que más te gusta de su comunicación corporativa y de sus condiciones de venta y envío, analiza porqué te gusta y piensa cómo puedes aplicarlo a tu marca. No hay nada como aprender de quienes tienen más experiencia y observar activamente qué puedes aplicar a tu propio proyecto.
¡Si tienes alguna duda sobre cómo vender por Internet, no te lo pienses dos veces y déjame un comentario!

